Origen
El consumo de yerba mate (Ilex paraguariensis) se extendió en Sudamérica durante el Imperio español, desde la zona que poblaban los guaraníes (parte del actual Paraguay, nordeste de Uruguay, norte de Argentina y regiones cercanas de Brasil) en el siglo XVI. Cabe aclarar que el pueblo Kaingang y los guaraníes indígenas ya eran consumidores de yerba mate antes de la llegada de los Españoles. Los káingang fueron los primeros consumidores de yerba mate. En la antigüedad no procesaban las hojas, sino que las consumían frescas. Las enhebraban en un hilo que ataban a su cintura, y las iban comiendo a lo largo de la jornada.
Producción
El cultivo se localiza en Misiones y nordeste de Corrientes. En 2019 la producción de yerba mate molida y envasada para el mercado interno fue de casi 277.332.014 millones de kg. El período de cosecha generalizado se extiende desde el mes de marzo hasta octubre. Actualmente de manera generalizada se realiza todos los años pero en algunas épocas por disposiciones reglamentarias de organismos que regulaban la actividad se efectuaban cada dos años de manera programada en cada establecimiento. Esta modalidad también se aplica en algunos yerbales en recuperación o por formar parte de sistemas de manejo particulares. Se extraen principalmente hojas maduras con ramas que luego se seleccionan enviando al “secadero” las de pequeño diámetro y descartando las de mayor grosor. (Este proceso se denomina “quiebra”). La cosecha se realiza con tijera, tijerones y serruchos y también directamente con la mano. (En este caso se arrancan brotes con ramitas aún verdes de menor diámetro y a esta operación se la llama “viruteo”). En los últimos años se han incorporado también algunas modernas “tijeras electrónicas” que disminuyen el esfuerzo del operario y asimismo aumenta la rapidez del trabajo y la calidad del corte.
Condiciones del Cultivo
El criterio más importante es el clima adecuado. A las plantas de mate les gustan las temperaturas constantes de entre 20 y 23 °C, y la humedad debe ser de media a alta. A pesar de su aspecto robusto, las plantas de mate son extremadamente sensibles y no toleran la luz solar directa. Por lo tanto, lo ideal es un lugar semi-sombreado. En la naturaleza en América del Sur, las condiciones de luz son proporcionadas por los altos árboles circundantes. El suelo es especialmente importante para el crecimiento de la planta del mate. El valor del pH del suelo no debe ser superior a 5,8 o 6,8. Si ya ha estado en Sudamérica, habrá descubierto la mayoría de las plantas de mate a una altura de entre 400 y 800 metros sobre el nivel del mar. Según la región en la que se cultiva, el sabor del té mate depende de las condiciones climáticas individuales. Por ello, en algunos lugares es más amargo o más suave. El contenido de cafeína también depende de la cantidad de luz solar. Cuanto más se exponga la planta de mate a la luz, más estimulante será.